martes, 12 de enero de 2016

EL AMIGO IMAGINARIO

Además de los cinco sentidos (vista, olfato, oído, gusto y tacto), las personas tenemos un sentido a mayores, el sexto sentido. Este es la capacidad de intuir determinadas circunstancias y es una sensación que aparece de repente, ayudándonos con cierta información.

Hay dos tipos de intuición:
·         La relacionada con la mente, donde la reacción es debido a la memoria.
·         La relacionada con el cuerpo, donde la reacción es debido a la información.

El “sexto sentido” es un sinónimo de intuición y percepción extrasensorial relacionado con el mundo espiritual e invisible.

Algo muy común relacionado con el mundo invisible es el tener un amigo invisible durante la niñez. Ese “amigo” que no se puede ver ni tocar pero que para muchos niños sí que existe y lo consideran real. Todo esto procede de la mente y es algo irreal.

¿Realmente imaginarse, ya sea un amigo o que mantienes una conversación con un ser querido que no conociste o perdiste, es algo malo? ¿Por qué no puede ser bueno?

¿Por qué no nos asustamos cuando los niños juegan a que son cocineros sin comida real, a llamar por teléfono y hablar solos o incluso a hablar con los muñecos? Una respuesta a esto es que los adultos sabemos que todo eso es una fantasía y que con el paso de los años los niños madurarán y ya no se acordarán de sus juegos.

Lo mismo tenemos que pensar de los amigos invisibles, que es una fantasía y que sirve para divertirse y pasar el tiempo, lo que no tiene nada que ver con que el niño sea hijo único o que no tenga amigos. Simplemente es un juego más inventado por la mente.

Ante una situación así lo normal es que la gente se preocupe y lleven a sus hijos a la consulta de un médico porque no lo consideran normal y en muchas ocasiones se recurre al miedo. Pero, ¿qué es el miedo? El miedo no es más que es una reacción ante lo que nuestro cerebro no conoce y considera extraño.

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