martes, 12 de enero de 2016

Mano robótica







Dennis Aabo Sorensen, que perdió su mano hace nueve años, ha podido probar una mano robótica que le permite diferenciar la textura de las cosas. Además en las pruebas que se le han hecho también se pudo comprobar que era capaz de saber cuanta fuerza le estaba aplicando a los objetos.

Lo que le ha ocurrido a Sorensen es posible porque él tenía los nervios del brazo, a los cuales esta mano está conectada, intactos.

Estos nervios siguen enviando la información al córtex cerebral. Aunque los más complicado es la respuesta. Hay que convertir la tensión que genera la mano robótica en pequeñas corrientes eléctricas y estas a su vez convertirlas en un impulso que nos nervios puedan interpretar.

Esta mano ha sido desarrollada por los científicos del BioRObotics Institute de Pisa, de la École Polytechnique Federal de Lausana y otros centros europeos. Aún esperan que puedan seguir avanzando en este tipo de tecnología para poder crear brazos robóticos que puedan realizar movimientos más precisos y conseguir otras sensaciones como la temperatura.




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