Hace unos años salió al mercado un invento
que recaudó millones de dólares, la pulsera Power Balance. Se presentó como un artilugio capaz de mejorar muchos aspectos del sistema nervioso, sobre
todo se hablaba de sus efectos sobre el equilibrio. Mucha gente sorprendida por todo
lo que decían que podía hacer no lo pensó un segundo y se gastó 40€ en ella.
La propia empresa
explicó su funcionamiento de la siguiente manera: "contiene un holograma que funciona a través de frecuencias
que se encuentran en nuestro ambiente natural, de las que conocemos sus efectos
positivos en el campo de energía del cuerpo. Esto ayuda a desarrollar el
equilibrio, la flexibilidad, la fortaleza y bienestar general".
Más
tarde se realizaron numerosos estudios los cuales demostraron que las
propiedades que se le atribuían no eran ciertas. En estas investigaciones se cogía a un grupo
de personas y se les hacían pruebas de equilibrio tanto con la pulsera como sin
ella, en ambos casos estas eran desconocedoras de esa información, y
se observó que este no variaba.
Este
caso demuestra que es muy fácil convencer a las personas diciendo ciertas cosas ya que
eran muchas las que aseguraban que si que funcionaba, es lo que se
denomina efecto placebo.
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